domingo, 14 de octubre de 2012


Confirman que la mujer de Soria lo mató por celos.


SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Celos enfermizos. Ésa sería la patología de Susana Freydoz, la viuda del ex gobernador Carlos Soria, acusada de matar a su esposo de un disparo en el rostro. Así lo definió su abogado defensor, Alberto Richieri, quien intenta justificar su accionar y demostrar que la mujer es inimputable por el crimen.
La comprobación de una infidelidad de Soria habría sido el desencadenante para que Freydoz tomara el arma calibre 38 de su marido en el dormitorio del primer piso de la vivienda de la chacra de Paso Córdoba y disparara desde una distancia de entre 70 centímetros y 2 metros, según consta en los peritajes realizados en la etapa de investigación.
"Hay un episodio desencadenante en su esposa, que es una supuesta infidelidad que ocurre dos años antes del hecho. A partir de eso entra en esa pendiente", confirmó el abogado defensor en declaraciones radiales.
Además enfatizó que Freydoz padecía una patología que incluso llevó a sus hijos a verla como una "persona enajenada" horas previas al crimen, cuando los Soria compartían la cena de Año Nuevo.
Las discusiones en la pareja -que llevaba 35 años de matrimonio- comenzaron a ser cada vez más frecuentes en 2011 por las sospechas de infidelidad que Freydoz terminó de comprobar unos días antes de efectuar el disparo, el 22 de diciembre, cuando encontró en el teléfono celular de su esposo un mensaje que decía: "A pesar de todo te extraño".
Los testimonios en la etapa de instrucción fueron contundentes en identificar a Freydoz como una mujer extremadamente celosa, que perseguía a su marido y le revisaba el teléfono, incluso registraba los números para después llamar y corroborar quién era el destinatario. Mientras que él en el círculo de amigos y conocidos hacía alarde de sus aventuras extramatrimoniales.
La noche del 31 de diciembre, la familia se reunió en la chacra de Paso Córdoba para recibir el nuevo año. Estaban allí sus hijos Martín y Carlos, con sus familias, y María Emilia, con su novio, Mariano Valentín, quien declaró ante el tribunal que esa noche se notaba mayor tensión en la pareja y recriminaciones de la mujer por hechos menores, como cuestionar el sitio donde el ex gobernador pretendía colocar un portallaves, o su forma de cortar el pernil en la cena.
Finalmente, al momento del brindis, Soria no habría brindado con su mujer y eso desató el enojo de Freydoz, quien se quejó ante su hija por esa situación. El novio de la joven hizo esa declaración el lunes ante el tribunal y afirmó que la mujer había consumido vino y champagne en la cena, pero no se encontraba alcoholizada.
Horas después de ese episodio, Soria se dirigió a la habitación del primer piso de la casa. También lo hizo su esposa. Sólo María Emilia y su novio se quedaban a dormir esa noche en la vivienda. El resto había regresado a sus hogares en General Roca. Y pocos minutos después, el estallido de un disparo terminó en la tragedia familiar.
El abogado defensor dijo que la imputada entró en shock tras el disparo. "La percepción que tengo de lo que han declarados sus hijos es que la persona que estaba ahí era una enajenada", dijo. Remarcó además que uno de los hijos afirmó que "parecía un perro cuando muerde, con la mirada oscura".
Desde entonces Freydoz se encuentra bajo tratamiento médico. Primero se alojó en la casa de su hermana, en la ciudad de Allen. Después, por orden judicial, fue internada en el área de Salud Mental del hospital de Cipolletti donde está acompañada las 24 horas por un agente terapéutico, pero nunca estuvo detenida por el homicidio.
Según su abogado, no está en condiciones de declarar ante el tribunal, ya que "tiene poca información para dar, tiene un vínculo con el hecho de mucha desconexión, de mucha distancia", justificó.

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